domingo, 19 de abril de 2015

Qué tiempos aquellos!

De niños tenemos una capacidad innata para imaginar, crear y divagar por mundos que sólo nos pertenecen a nosotros. Somos capaces de notar y sentir lo que los mayores ni olisquean. Las flechas que disparan nuestra imaginación pueden dar en cualquier diana y podemos fantasear con paisajes, personajes y castillos que nadie más puede ver. Es como si no nos gustara el mundo real y necesitáramos crear uno personalizados a nuestro gusto.

Siempre se ha dicho que todos hemos tenido un amigo invisible. En mi caso no fue un simple muchacho, fue una pandilla entera. Y lo qué disfrutaba con ellos! Desde pequeña he sido muy fantasiosa. No sé si sería porque nací así o por todos los dibujos animados que me tragaba, pero yo podía percibir los rayos de Pikachu perfectamente. Iba al colegio y Spiderman me llevaba en su tela de araña. Los Power Ranger me chivaban las respuestas en los exámenes. Cabeceaba el balón que Oliver Atom me ponía en bandeja. Salía a hacer trastadas con mis chicos de la Banda del Patio. Y mi habitación se convertía en el gimnasio de Ciudad Celeste en una batalla Pokémon.

Cada uno teníamos nuestros escenarios y los amoldábamos exactamente a lo que deseábamos. Todo era posible y casi más real que la propia vida terrestre. A veces pienso que sin ellos no hubiéramos podido disfrutar del todo de nuestra niñez. Son todas esas ilusiones y alucinaciones las que hacían que sonriéramos al vivir en un mundo perfectamente ajustado a nosotros y nuestros sueños. Viendo nuestros peluches corretear por nuestra habitación y lanzando "Alohomoras" para abrir la puerta de casa.

Es una pena que con el paso de los años es como si nos recogieran en un helicóptero y nos transportaran a una isla donde pisar tierra firme. Ahí es cuando nacemos otra vez y llegamos al mundo real. O no? Quién sabe. Igual el mundo real es el que nosotros nos montamos en la cabeza y el imaginario es el que pisamos con los pies.
No sé en qué tipo de universo pasásteis vosotros vuestra infancia y si fue tan emocionante como el mío, pero os puedo asegurar que yo me lo pasé pipa en el mío. Viva la mente infantil!!!

domingo, 12 de abril de 2015

Espíritu primaveral

Flores brotan en el comienzo de una primavera lluviosa, donde el sol se esconde tras las grises nubes de invierno. Pero pronto aparecerá el lobo feroz que soplará y soplará y permitirá que los rayos de luz atraviesen las ventanas de nuestros hogares, que habían quedado sobrecogidas por el frío de los meses anteriores. Primavera, primavera, en la que el día se expande y crece como la esperanza y el deseo de los que con un futuro vivo y prometedor nos vemos. Se alargan las horas que con una sonrisa las gozamos y disfrutamos viendo los paisajes de la naturaleza de nuestros colores favoritos con tonos vivos y relucientes.