Cantando estaba la niña
con un bolígrafo en la mano.
Acercose un mozo quemado
por el aire y el sol del verano.
"¿Qué escribe, mi bella princesa?",
preguntó curioso el muchacho.
"Una larga noche nos espera
si le cuento todo lo que guardo"
"¿Posible sería un resumen
que narrara lo sucedido,
ya que a este joven le urge
y no puede quedarse en vilo?"
La niña quedose mirando,
embelesada por su dulzura.
El reloj seguía cursando,
una yaga se abrió sin cura.
Cupido había disparado
y al corazón había acertado.
La niña siguió pensando
y el mozo impaciente esperando.
"¿Quiere el joven que le cuente
la humilde razón de mi canto?"
"Ansioso espero su relato
que viajará por mi mente"
"Sola y aburrida me encontraba
hasta que mis ojos pudieron verle.
Mi pasión no quiso perderle,
desde entonces sentí una punzada.
Decidí empezar a cantar,
para su atención así llamar.
Y mi propósito conseguí,
ahora lo tengo en frente de mí"
El mozo callado se quedó,
aturdido y asombrado.
La niña un beso le dio
y felices vivieron sus años.
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