Los libros, como todo en esta vida, depende de en qué momento los vivas para que te cause un efecto u otro. Y eso es lo que me ha pasado con "El curioso incidente del perro a media noche". Me obligaron leer este libro en el colegio cuando tenía unos 15-16 años. En esa época estaba más pendiente de leerlo rápido y hacer el examen que de pararme a pensar en lo que las palabras querían transmitir. No digo que no me gustara, ni tampoco que sí lo hiciera, simplemente pasó desapercibido. Pero el otro día decidí volvérmelo a leer a ver si en esta ocasión aprendía algo diferente. Y ahora puedo decir que me ha gustado mucho y con él puedes ver cómo es la mentalidad de un chico con autismo.
El libro trata sobre Christopher, un chico de 15 años con problemas para relacionarse que descubre el asesinato del perro de su vecina. Para ello se tendrá que enfrentar a uno de sus mayores temores, las personas. A mucha gente le podrá parecer un chaval bastante brusco y seco, pero a mi me ha llegado y he conseguido empatizar con él. Sobre todo porque, a pesar de no ser autista como él, creo que coincidimos en bastantes aspectos.
Me ha llamado mucho la atención la exactitud con la que las cosas fluyen por su mente. Todo en él es milimétrico. Si dice que va a salir a las 15:37 de casa tiene que ser exactamente en ese minuto, porque para él todo tiene que estar ordenador, de lo contrario se pone muy nervioso y vomita, grita o se encierra en un armario. No le gusta estar con gente extraña y le cuesta mucho identificar las emociones y los sentimientos.
Lo que más me gusta de Christopher es que, a pesar de todos los obstáculos morales que presenta, es capaz de envaucarse en una aventura solitaria en busca de su madre. Ahí demuestra que cuando algo es realmente importante para uno, se enfrenta a cualquier barrera con tal de conseguir su objetivo. Y al final se da cuenta de que si ha logrado hacer cosas que creía imposibles, puede hacer cualquier cosa.
Conforme avanza la historia podemos observar el efecto que causan este tipo de trastornos dentro de una familia. La relación entre Christopher, su madre y su padre se va deteriorando hasta que da la sensación de que cada uno estaría mejor por su lado. Aparentemente el vínculo de él con su madre crece cuando consigue llegar hasta Londres donde ella se encuentra, pero desde mi punto de vista sólo intenta refugiarse del miedo hacia su padre.
Lo que menos me gusta es que aunque al final del libro parece que intentan arreglar un poco las cosas, me queda la sensación de que Christopher nunca va a terminar de perdonar a su padre por lo que hizo.
Para terminar, quiero comentar otro tema que me ha sorprendido bastante y es la portada. Christopher odia el color marrón y el amarillo y le gusta el color rojo. Y como he comentado antes, él sólo se siente seguro si las cosas funcionan como su cabeza dictamina. Si ve coches rojos seguidos va a ser un día bueno y si los ve amarillos será un día malo.
En la portada se puede ver un perro vivo dentro de un coche rojo y un perro muerto fuera de él. Es como si fuéramos personas si la vida se ajusta a lo que nuestra mente dice que es lo correcto y dejáramos de serlo cuando no fuera así porque tenemos miedo. Si las cosas no suceden nuestra mente lo tenía previsto, estamos perdidos.
Es un libro con el que podemos observar la vida desde una perspectiva diferente y lo recomiendo fervientemente si, como yo, eres de esas personas que les gusta analizar las cosas y relacionarlas de una manera más especial.