Mil promesas en el camino
unidas a falsos delirios,
clavé encima de mi tumba
a quien no tenía la culpa.
Desagradecida parezco
con todo lo que han hecho,
a mi lado ayudándome
aun la situación superándoles.
Tragar y tragar hasta reventar.
Clavar la mirada en un pajar,
en el que el sol no puede brillar.
Día tras día esperando.
¿Qué ocurrirá mañana?
¿Seguirá picando la araña
cual veneno me va matando?
Mil sombras nublarán mi paso,
mas no aspiro a vencerlas,
sino a llevarlas de la mano.
Si tan solo alguien pudiera
desatar el nudo que aprieta
el despertar de cada mañana
de los que me trajeron a tierra.
Desesperación, preocupación.
Palabras golpean las cabezas
de quienes sólo tienen ilusión
de ver a su hija más bella.
Dulces corazones inocentes
aprietan y aprietan los dientes,
cuando a voces quieren gritar
"Dios, no nos fustigues más".
¿Cabrían en el cielo
dos almas como ellas,
que con un solo destello
de luz mi vida llenan?
Príncipes y reyes en lo alto,
agachada perdón les pido
y de rodillas venerando,
pues por ellos he nacido.
Existencia y vigor les debo,
océano de vida repleto.
Cuartos y riqueza no tengo,
más con cariño me sobra el sueldo.
Su energía por mi han dado,
duros ratos han afrontado.
Por eso estímoles tanto,
y aláboles más que a un santo.
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