Cuántas veces nos encontramos dentro de una habitación en la que no oímos ni el sonido de una mosca excepto nuestro propio respirar. No somos capaces de aguantar ni un segundo en ese estado de inquietud y no podemos evitar intentar cambiar esa situación. Ya sea encendiendo la televisión, escuchando música o pasando a realizar alguna actividad que nos evada de ese callado momento.
Es cierto que a veces el silencio puede resultar más ruidoso que una mala palabra, y creo que eso es lo que nos lleva a no poder pararnos en el tiempo y disfrutarlo. Necesitamos que desaparezca de alguna manera. Nos asustamos porque en ocasiones este "abstracto amigo" parece chillarnos y, aunque no oigamos nada, se manifiesta con las siguientes palabras insonoras: "Estás solo". Entre las paredes no se escucha nada, pero en nuestra cabeza resuena como el eco en la alta montaña. Es precisamente ese miedo que tenemos a poder sentirnos así lo que genera que realmente sintamos esa sensación de ausencia vital.
De todos modos, todo el mundo sabe que es imposible que exista un absoluto y tajante silencio sepulcral. Alguien se ha preguntado alguna vez por qué la naturaleza no nos permite un silencio en su totalidad? Siempre se ha dicho que está presente hasta el sonido de nuestro corazón, aunque no lo podamos percibir directamente. La naturaleza es savia y puede que supiera que los humanos íbamos a presentar esta cobardía. Por este motivo quiere ayudarnos a que no estemos cien por cien solos.
Aun así, nunca somos capaces de pensar en el silencio como una manera de permanecer relajados en un mundo en el que sólo existe nuestro propio pensamiento. Tumbarnos sobre nuestras ideas y reflexionar desde el aire. Se podría decir también que podríamos tratar de dejar la mente en blanco en esos momentos, pero creo que es algo que tampoco es factible porque, al igual que con el silencio, hay "algo" que no nos permite estar totalmente en desconexión con el planeta.
Nos cuesta adaptarnos a situaciones de paz y serenidad, requiriendo estar activos en todo momento. Olvidándonos de dónde estamos y perdiendo la noción del tiempo. De esta forma siempre creemos tener un guardián a nuestro lado protegiéndonos cuando la situación no nos gusta o queremos llevarla por otro camino. Pero no hay que olvidar que hay que tener todo tipo de sensaciones a lo largo de nuestra vida. Si no, cómo estaríamos a gusto con gente si nunca sabemos lo que es estar solos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario